El Super Bowl LVIII quedará por siempre como uno de los duelos más épicos en la historia de la NFL. La dramática victoria de los Kansas City Chiefs sobre los San Francisco 49ers tuvo de todo: Taylor Swift, golpes a los entrenadores, muchos goles de campo y hasta tiempo extra.
Durante gran parte del partido entre los Chiefs vs 49ers, el equipo de San Francisco tuvo el dominio, pero jamás pudo alejarse lo suficiente en el marcador y Patrick Mahomes, campeón por tercera vez en 5 años, supo cómo aprovechar ese momento.
Desde la primera serie del partido, San Francisco desaprovechó la oportunidad de irse arriba en el marcador con un balón suelto de su superestrella, Christian McCaffrey.
Pese a ello, los 49ers, detrás de una gran defensiva, detuvieron una y otra vez los intentos de Mahomes, Travis Kelce y compañía, con claras frustraciones en la banca de Kansas City -sino pregúntenle a Andy Reid, coach de los Chiefs, quien se llevó un empujón de Kelce-.
Luego del primer cuarto que terminó 0-0, el equipo de San Francisco, dirigido por la mente ofensiva maestra de Kyle Shanahan, comenzó a agarrar ritmo y se puso 10-0 arriba en el marcador tras un gol de campo de Jake Moody y una jugada de engaño donde el receptor Jauan Jennings -quien facilmente pudo ser el MVP del partido-, lanzó un pase de anotación a McCaffrey.