Hermosillo, Sonora a 20 de enero de 2025.- El 20 de enero de 2025, la comunidad universitaria y deportiva se reunió para despedir a Roberto “Chino” Ung Vázquez, un hombre cuya vida y dedicación dejaron una huella indeleble en generaciones de atletas y estudiantes de la Universidad de Sonora.
Ung, quien forjó a grandes deportistas, sobre todo en el voleibol, fue homenajeado en el gimnasio que tanto amó y donde tantos sueños deportivos se hicieron realidad. Sin embargo, una ausencia en el evento dejó una sombra sobre la despedida: la rectora de la Universidad de Sonora, Rita Plancarte.
Su falta de presencia en un momento tan simbólico levanta preguntas que no se pueden ignorar. ¿Qué tan ocupada podría haber estado? Es cierto que la rectora tiene una agenda compleja, pero este homenaje era, más que un evento, un acto de reconocimiento a un hombre que, por más de tres décadas, contribuyó al prestigio de la universidad en el ámbito deportivo. La ausencia de Plancarte, que envió a un representante en su lugar, no solo muestra desinterés, sino una falta de respeto.
La universidad no solo se caracteriza por su excelencia académica, sino también por sus logros deportivos y el “Chino” Ung fue uno de los principales responsables de estos logros en el voleibol. Al no estar presente en la despedida, la rectora pierde la oportunidad de rendir homenaje no solo al Maestro Roberto Ung, sino también a una parte de la comunidad deportiva.
Esta ausencia, por más que se intente justificar, no puede ser vista como una simple omisión o un hecho menor. En momentos como este, cuando se rinde homenaje a una persona que fue clave para el desarrollo y el crecimiento de una institución, las acciones de sus autoridades deben hablar por sí solas.
El gesto de no asistir a despedir al “Chino” Ung, refleja una desconexión preocupante entre quienes ocupan altos cargos en la universidad y los valores que deben promover: el reconocimiento, la gratitud y la memoria institucional.
En ocasiones, las autoridades deben entender que su presencia no solo representa su figura personal, sino la de toda la comunidad universitaria. En este caso, la ausencia de Plancarte es aún más impactante cuando se tiene en cuenta la trayectoria y el impacto que Roberto Ung tuvo en generaciones de estudiantes y deportistas.
Su legado no solo fue deportivo; fue un legado de formación integral, que brindó a cientos de jóvenes la oportunidad de crecer tanto como atletas como seres humanos. Ese legado merece ser honrado.
Es necesario que se reflexione sobre la importancia de estos gestos de respeto y reconocimiento, no solo en eventos solemnes como este, sino en el día a día de la gestión universitaria.
La rectora, en su rol, tiene la responsabilidad de ser un referente de valores institucionales y humanos. La falta de su presencia en el homenaje abre la puerta a preguntas sobre sus prioridades y la relación que mantiene con la comunidad universitaria fuera de los salones de clase.
Lo que ocurrió el 18 de enero fue un recordatorio de lo que realmente importa en la vida institucional: las personas y sus aportes. Roberto “Chino” Ung era mucho más que un entrenador; fue un mentor, un formador de campeones, y un ejemplo de entrega.
Es indudable que, en el futuro, momentos como el homenaje al “Chino” Ung deben servir como lecciones para todos aquellos encargados de liderar instituciones. El reconocimiento y la gratitud no pueden ser elementos secundarios en la gestión de una universidad que se aprecia de ser una de las más importantes de la región. La rectora Rita Plancarte, al no haber asistido al homenaje, no solo pasó por alto el momento de despedir a un gran hombre, sino que también dejó entrever una falta de conexión con la historia.
La universidad, como cualquier institución que aspire a ser una verdadera casa de formación, debe anteponer los principios de respeto y honor hacia quienes le dan vida: sus docentes, sus estudiantes y sus figuras históricas.
La rectora tiene ahora la oportunidad de reflexionar sobre este episodio y de asegurarse de que, en el futuro, no se repitan omisiones de este tipo. La verdadera grandeza de una universidad se mide en la manera en que honra a sus maestros, deportistas y líderes.
Descanse en paz, Roberto “Chino” Ung, pero que su legado no se olvide, ni en la cancha ni en los pasillos de la universidad que siempre llevó en su corazón. Que no quede solo en palabras, sino en acciones que honren su nombre y todo lo que significó para la comunidad. (Fotos: Expreso).
Por hoy es todo, sígueme en:
www.elreporterodelacomunidad.com
Twitter: @elreporteroson y @NPDeportes1
Facebook: El Reportero de la Comunidad y Columna Nada Personal
IG: elreporterodelcomunidad
Tiktok: elreporterodelacomunidad
Whatsapp: 6622217136