Hermosillo, Sonora, 18 de junio de 2024.- Para sensibilizar a los universitarios o a cualquier persona sobre la imagen personal en positivo, la máxima casa de estudios del estado ofrecerá el programa Body Image Program y será la única institución de nivel superior del noroeste en ofrecerlo.
Lo anterior, es gracias a que las académicas del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación Mariel Michessedett Montes Castillo y Lisset Aracely Oliveros Rodríguez, se certificaron como líderes implementadoras y podrán atender a estudiantes universitarios a partir del próximo semestre.
Montes Castillo precisó que el programa se brinda ya en otras universidades, y explicó que no se habla en estos talleres sobre anorexia o bulimia, pero sí se habla de cómo ha sido la infancia y el entorno social a partir de la percepción de la imagen corporal.
“Se nos certificó para que nosotras podamos impartirlo a los jóvenes universitarios o a personas adultas interesadas; la Unison es la primera institución en todo el noroeste de México que va a tener este programa permanente. Estamos ya trabajando con la Facultad Interdisciplinaria de Ciencias Sociales en su institucionalización”, detalló.
Plantean reducción de insatisfacción corporal
Los beneficios del programa son: disminuir la admiración hacia la figura ideal, reducir la insatisfacción corporal, mejorar el estado de ánimo negativo, disminuir las dietas no saludables, las conductas alimentarias de riesgo y el riesgo de asociación a futura obesidad, además de que mejora el funcionamiento sicosocial y reduce el “fat talk”.
“Es muy importante, sobre todo a nivel universitario, reducir el fat talk y yo les hago la pregunta: ¿en qué piensas cuando no estás pensando en bajar de peso?, ¿en qué piensas cuando no estás pensando en ser otra persona?
“Eso es muy importante que lo cuestionemos, los grupos de amigos, de trabajo, sobre todo las mujeres, tienen un fat talk muy común que es hablar sobre qué dieta les ha funcionado mejor, sobre todo lo que les disgusta de su cuerpo y lo que quisieran cambiar”, compartió Montes Castillo.
Un nuevo lenguaje
Oliveros Rodríguez puntualizó que cada taller será de un máximo de 12 estudiantes, una vez a la semana, los sábados, intervenciones en las que iniciarán con activísimo corporal para poder sensibilizar de la importancia que tienen al impactar a otras personas, esto con nuevas formas de alfabetización y lenguajes.
“Tiene que ver con educar y reeducar para poder nosotros dirigirnos de una manera pertinente, incluso apropiarnos de un nuevo lenguaje que tiene que ver con un nuevo vocabulario, con aspectos de cosas que no debemos decir o que sí debemos decir cuando estamos presentes o sabemos que hay ciertas personas susceptibles en torno al tema de la corporalidad”, explicó.
En total, 14 personas se certificaron en este programa, entre ellas personal de la Fundación Peña de Salazar, de clínicas, psicólogas y las dos académicas de esta casa de estudios, por lo que ante una gran demanda, consideran complementar la atención al invitar a otras líderes implementadoras certificadas.
Antecedentes
En el Laboratorio de Comunicación y Servicios Educativos, desde el 2010, se implementan las líneas de investigación juventud, adolescencia, uso y consumo digital; por lo que se trabaja en el tema de autoconcepto en adolescentes y se comenzó una nueva etapa que es la prevención.
“Nos percatamos dentro de los resultados que uno de los temas de discusión más fuerte que hay en las adolescencias tiene que ver con la imagen corporal, porque la comunidad, no solo de Hermosillo sino de Sonora y en el mundo, está muy preocupada por un ideal de belleza inexistente e irreal y eso lleva a cometer actos de violencia verbal en las escuelas, en las familias y en la propia comunidad”, puntualizó Montes Castillo.
Parte de las acciones, a raíz de los resultados, fue iniciar el Taller “Aceptarme es Amarme”, el cual se imparte en el laboratorio los días sábados, para adolescentes de 13 a 16 años, con quienes trabajan para que entiendan que no solo es el físico y que su concepto de imagen debe partir de la dimensión intelectual, espiritual y social.
A este proyecto se sumó la Fundación Peña de Salazar que trabaja en la prevención y sensibilización sobre los trastornos de la conducta alimentaria.
