El Departamento de Estado de Estados Unidos ha anunciado su oposición a una posible resolución en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que admitiría a Palestina como Estado miembro.
Según declaraciones del portavoz Vedant Padel, esta postura estadounidense conlleva la amenaza de vetar la resolución, incluso si recibe un amplio respaldo por parte de otros miembros del Consejo de Seguridad. Como uno de los cinco miembros permanentes con capacidad de veto, Estados Unidos tiene el poder de bloquear cualquier resolución de importancia.
¿Qué dice EU?
Padel subrayó que, desde la perspectiva del gobierno de Joe Biden, Palestina no cumple con los requisitos necesarios para ser reconocida como un estado miembro de la ONU. Argumentó que la presencia de Hamas, una organización catalogada como terrorista, en la Franja de Gaza, uno de los territorios palestinos, es un obstáculo fundamental para dicho reconocimiento.
Además, el portavoz advirtió que si la membresía de Palestina fuera permitida, Estados Unidos retiraría su financiamiento a la ONU. Esto plantea un desafío significativo, dado que Estados Unidos es actualmente el principal contribuyente al organismo internacional, con una contribución que superó los 18.000 millones de dólares el año pasado.
La votación sobre la resolución para admitir a Palestina como Estado miembro de pleno derecho está programada para esta tarde en el Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, la incertidumbre reina sobre el resultado, ya que se requieren nueve votos a favor para que la resolución sea aprobada, sin oposición de ninguno de los cinco miembros permanentes.
Hasta el momento, varios países han expresado su apoyo a Palestina, incluyendo Rusia, China, Argelia, Malta, Eslovenia, Sierra Leona, Mozambique y Guyana. Sin embargo, otras naciones como el Reino Unido, Francia, Japón, Corea y Ecuador han adoptado posturas más ambiguas, lo que podría resultar en abstenciones. La actitud de Suiza aún no está clara.
La resolución fue presentada por Argelia en nombre del Grupo Árabe de la ONU y ha generado un apoyo unánime entre los países musulmanes y los no alineados, así como de algunos países europeos, como España.
