Un Congreso Activo, pero con Retos Pendientes.
El segundo periodo de sesiones ordinarias de la 64 Legislatura del Congreso del Estado ha llegado a su fin, y con él, una etapa significativa de trabajo parlamentario que dejó cifras claras y pendientes evidentes. El diputado Omar Del Valle Colosio, en su calidad de presidente de la Mesa Directiva, ofreció un balance que, más allá de las estadísticas, refleja la dinámica y los desafíos de un Poder Legislativo que busca ser más cercano a la ciudadanía.
Según el informe presentado, durante este segundo periodo se registraron 117 iniciativas legislativas. De estas, apenas 26 fueron aprobadas por el Pleno, mientras que 91 fueron enviadas a comisiones para su análisis. Si bien el volumen de trabajo es considerable, el contraste entre iniciativas presentadas y aprobadas revela lo complejo del proceso legislativo y, a su vez, plantea interrogantes sobre la eficiencia del Congreso y el tiempo que toma dictaminar asuntos de relevancia.
En el terreno del debate público, se dio lectura a 35 posicionamientos por parte de los distintos grupos parlamentarios. Temas como justicia y derechos humanos, medio ambiente, salud, derechos laborales y transparencia ocuparon un lugar central en la agenda. No obstante, más allá de la variedad temática, lo que sobresale es la importancia de que estas discusiones se traduzcan en políticas concretas que incidan en la vida diaria de los ciudadanos.
Uno de los logros que destaca el legislador Del Valle Colosio es la realización de foros de consulta. En teoría, estos espacios abren la puerta a una democracia más participativa, permitiendo que expertos, académicos y organizaciones de la sociedad civil contribuyan a la formación de leyes. También resalta el Séptimo Parlamento de las Mujeres Sonorenses, una iniciativa loable que busca incluir la perspectiva de género en la toma de decisiones legislativas.
Sin embargo, el informe no oculta lo ineludible: los pendientes. El Congreso enfrenta la responsabilidad de avanzar en reformas clave como la relativa al nepotismo y la simplificación administrativa. El reto es mayúsculo, y el receso legislativo no debería ser sinónimo de pausa, sino de trabajo continuo en comisiones.
El balance presentado por Del Valle Colosio muestra un Congreso en movimiento, pero también en construcción. La ciudadanía observa, exige resultados y espera que las cifras no solo llenen informes, sino que se reflejen en una mejor calidad legislativa y, por ende, en una mejor calidad de vida.
Todos contra la violencia de género en el deporte.
En una jugada que puede cambiar el rumbo del deporte mexicano, Rommel Pacheco y la Conade, ha unido fuerzas con la senadora del Partido Verde, Virginia Magaña Fonseca para erradicar la violencia de género en el ámbito deportivo. Este anuncio representa algo más que una colaboración institucional: es un mensaje contundente de que el deporte no puede seguir siendo ajeno a las realidades que enfrentan miles de mujeres dentro y fuera de los espacios deportivos.
La iniciativa busca reformar la Ley General de Cultura Física y Deporte para incorporar la perspectiva de género de forma transversal. En otras palabras, pretende que el deporte mexicano deje de ser un terreno donde la desigualdad y la violencia sean toleradas o invisibilizadas.
Rommel Pacheco, exatleta olímpico y actual titular de la Conade, no solo prestó su respaldo, sino que comprometió a la institución a ser parte activa de este cambio. Su apoyo tiene peso simbólico y político. Quien conoce de cerca el deporte sabe que los abusos, el acoso y la discriminación han sido parte de la historia no contada de muchas atletas mexicanas. Reconocerlo es el primer paso; trabajar para erradicarlo, el verdadero reto.
Entre los aspectos más destacados de esta iniciativa están la capacitación obligatoria en derechos humanos y género para todos los actores del deporte —entrenadores, árbitros, directivos—, la creación de protocolos de atención y prevención en eventos deportivos, así como la inclusión de mujeres en órganos de toma de decisiones. En suma, se busca un sistema que no solo reaccione ante la violencia, sino que la prevenga desde la raíz.
Karen Castrejón, senadora y vicecoordinadora del PVEM, dijo que se trata de saldar una deuda histórica. Las cifras de participación de mujeres y niñas en el deporte siguen siendo bajas, y los obstáculos no solo son físicos o económicos, sino estructurales y culturales.
Esta no es una reforma más. Es una declaración de que el deporte también puede ser una herramienta de justicia social. Ahora, más que nunca, urge que los ideales de respeto, equidad y compañerismo que tanto se predican en las competencias se reflejen también en sus estructuras.
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