El deporte en Sonora arrancó el 2025 bajo una nube de frustración, con los mismos problemas que arrastraba el año anterior: la falta de recursos, la ausencia de apoyo real para los atletas y entrenadores, y un sistema deportivo que parece cada vez más alejado de las necesidades de quienes representan al estado en diversas disciplinas.
La administración de la Comisión del Deporte de Sonora (Codeson) y el Gobierno del Estado, que deben ser los principales aliados de los deportistas, parecen haber olvidado de sus responsabilidades.
El panorama es desalentador. Los atletas de Sonora, que han demostrado su talento y esfuerzo en diversas competiciones, viven una realidad donde la falta de recursos es una constante. Las becas deportivas, que se han publicitado con bombos y platillos, siguen sin ser entregadas, y lo peor de todo es que el gobierno no parece tener una respuesta clara ni plazos definitivos.
La desilusión se ha apoderado de un gremio que no solo siente la indiferencia de las autoridades, sino que teme levantar la voz ante las amenazas de represalias que rondan cualquier intento de protestar por la falta.
Es una situación que no solo afecta a los atletas, sino a todo el ecosistema deportivo de Sonora. Entrenadores, asociaciones y federaciones deportivas se ven obligados a lidiar con un sistema que parece poner más obstáculos que soluciones.
La falta de recursos para viajar, entrenar o incluso competir es uno de los mayores problemas que enfrentan, mientras las promesas de apoyo siguen cayendo en saco roto. La disciplina de lucha olímpica es solo un ejemplo de esta desidia, pues a pesar de los logros obtenidos, los deportistas siguen financiando sus actividades con recursos propios.
El problema no se limita a la falta de recursos, sino a la falta de una estructura de comunicación efectiva entre las autoridades y los deportistas. Las interminables filas de asociaciones que se ven obligadas a acudir a las oficinas de la Codeson solo sirven para evidenciar la desconexión entre las necesidades de los atletas y la incapacidad de los funcionarios para brindar soluciones claras. El trato recibido por muchos de estos grupos es el de una constante espera sin respuestas concretas, un desgaste que solo genera más desconfianza y frustración.
Es triste que en un estado con tanto potencial deportivo, los atletas se ven obligados a hacer malabares con sus propios recursos para poder seguir adelante. La falta de visión por parte de las autoridades deportivas de Sonora está dejando claro que el deporte no es una prioridad en la agenda del Gobierno del Estado.
Las declaraciones y los comunicados siguen hablándonos de un deporte que “progresa” y de logros que en realidad ocultan una realidad mucho más amarga: los resultados no se logran por el esfuerzo de las instituciones, sino por la perseverancia y sacrificio de los propios atletas que, aún con la adversidad, siguen soñando con representar a Sonora con orgullo.
Es urgente un cambio en la forma en que se abordan los temas deportivos en Sonora. Los atletas y entrenadores necesitan más que promesas vacías y palabras en discursos. Necesitan recursos, infraestructura, apoyo constante y, sobre todo, el respeto de las autoridades.
El año 2025 ya comenzó, pero parece que el deporte en Sonora sigue atrapado en el mismo círculo vicioso de inacción y desinterés. ¿Hasta cuándo continuaremos viendo este abandono? Es hora de que el Gobierno del Estado y la Codeson tomen las riendas de la situación, antes de que los atletas, una vez más, se vean obligados a seguir luchando, no solo en la competencia, sino también contra la indiferencia institucional.
El llamado también es para esos diputados del Congreso del Estado y a esos funcionarios que ya se andan candidateando en redes sociales para las próximas elecciones, que pongan atención al deporte. Ahí les dejo las fotos para que la comunidad deportiva los tenga identificados al momento de que se acerquen a ustedes y lleguen con el cerro de buenas intenciones.
Rommel Pacheco y la herencia oscura de la Conade: ¿Transparencia o Continuismo?
La gestión de Rommel Pacheco al frente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) arrancó entre nubes de incertidumbre, al revelar que su administración heredó un cargamento pesado de 437.8 millones de pesos en recursos mal ejercidos, correspondientes a observaciones no aclaradas de la gestión anterior, liderada por la sonorense Ana Guevara.
Lo que parecía ser una nueva etapa en la Conade, caracterizada por la esperanza de cambios y transparencia, se ha visto empañada por un proceso de entrega-recepción lleno de sombras y un sistema de rendición de cuentas débil.
Pacheco, quien consideró el cargo con la promesa de apertura y honestidad, se ha encontrado con 10 auditorías en curso relacionadas con las cuentas públicas de 2018 a 2023. A pesar de que ha expresado su compromiso con la transparencia, la situación está lejos de ser clara.
Las observaciones siguen sin resolverse, y los recursos que su antecesora, Ana Guevara, dejaron pendientes continuar siendo un lastre para la Conade. Sin embargo, lo más preocupante es la falta de respuestas definitivas ante esas irregularidades y la percepción de que la administración está atrapada en una lista de compromisos personales con el pasado.
Más aún, la situación crítica se agrava cuando Rommel Pacheco mantiene en su equipo a personajes ligados directamente con los casos de mal manejo de recursos, como Alejandro Gutiérrez, un colaborador cercano de Israel Benítez, el exsubdirector de Calidad para el Deporte señalado por su responsabilidad en el desvío de recursos federales. Este tipo de decisiones dejan entrever un preocupante continuismo, en lugar de la tan ansiada renovación ética prometida.
Uno de los puntos más polémicos es la relación entre las empresas con el empresario Gabriel Ramos, quien, como se ha señalado en diversas auditorías, estuvo involucrado en la organización de eventos internacionales de alto perfil, tales como los Juegos Nacionales Conade y el Mundial de Taekwondo 2022.
Las auditorías han apuntado a irregularidades graves en la comprobación de los recursos federales utilizados en estos eventos. Sin embargo, no parece haber una intención real de hacer justicia o revisar a fondo los acuerdos con estos actores, pues ahora Ramos preside la Federación Mexicana de Tiro con Arco, de donde ya gestionó que tres eventos internacionales de este deporte se realicen en México en 2026, 2027 y 2028.
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