El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantiene su plan de imponer aranceles del 25% a Canadá y México a partir del 1 de febrero, presionando a ambos países para que aborden el tráfico de fentanilo y la inmigración.
WASHINGTON a 28 de enero de 2025.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue adelante con su plan de imponer aranceles del 25% a las importaciones provenientes de Canadá y México a partir del sábado 1 de febrero, según confirmó este martes la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Esta medida forma parte de una estrategia más amplia para presionar a ambos países a cooperar en la resolución de dos problemas clave para la administración estadounidense: el tráfico de fentanilo y la inmigración irregular.
Además, Leavitt señaló que Trump también está considerando la imposición de nuevos aranceles a China, lo que refleja una política comercial agresiva que ha caracterizado su mandato.
La amenaza de estos aranceles ha generado incertidumbre en los mercados y tensiones diplomáticas, especialmente con México y Canadá, socios comerciales de Estados Unidos, en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Impacto en el peso mexicano
La confirmación de los aranceles ha tenido un efecto inmediato en los mercados financieros. El peso mexicano, que había mostrado una tendencia alcista en días anteriores, redujo su avance este martes tras el anuncio de la Casa Blanca.
La moneda mexicana cotizaba en 20.5722 por dólar, con un incremento del 0.45%, después de haber alcanzado una apreciación de casi el 0.70% durante la jornada.
Este comportamiento refleja la sensibilidad de los mercados a las decisiones comerciales de Estados Unidos, especialmente en un contexto de estrecha interdependencia económica.
Posibles consecuencias económicas de un distanciamiento comercial
Un análisis publicado en la cuenta de TikTok Geoticsmaps ha planteado un escenario hipotético en el que México, Canadá, Panamá, Groenlandia y Dinamarca deciden cortar relaciones comerciales con Estados Unidos.
Este escenario, aunque extremo, ilustra la profunda interconexión económica entre estos países y las potenciales consecuencias para la economía estadounidense:
Pérdidas comerciales masivas: Estados Unidos perdería 774 mil millones en comercio, incluyendo 421 mil millones en importaciones desde Canadá, que abastecen el 60% de las necesidades de crudo del país. Sin el petróleo canadiense, los precios del gas podrían aumentar un 30%, lo que costaría a los consumidores estadounidenses $1.2 billones adicionales.
Impacto en la industria automotriz: México, el mayor socio comercial de Estados Unidos, suministra 800 mil millones en bienes.
Aumento en los costos de transporte: Panamá, al controlar el Canal de Panamá, juega un papel crucial en el comercio global. Si Estados Unidos perdiera acceso a esta ruta, los costos de transporte marítimo podrían incrementarse un 25%, añadiendo $50 mil millones anuales a los gastos de importación.
Dependencia de minerales estratégicos: Groenlandia y Dinamarca, aunque menos mencionados, son proveedores clave de minerales raros esenciales para la tecnología y la defensa estadounidense. Una interrupción en este suministro afectaría $6.4 mil millones en comercio y tendría repercusiones en sectores estratégicos.
La posibilidad de imponer aranceles a Canadá y México, así como la consideración de nuevas medidas contra China, subraya la política comercial agresiva de la administración Trump. Sin embargo, este enfoque también revela los riesgos de una desconexión económica con socios clave.
La interdependencia entre estas naciones es tal que cualquier medida proteccionista podría generar efectos adversos no solo para los países afectados, sino también para la economía estadounidense, en forma de inflación, desempleo y pérdida de competitividad.