Hermosillo, Sonora a 06 de diciembre de 2024.- Actualmente la humanidad consume plásticos de manera masiva a través de un sinfín de productos que cubren muchas de nuestras necesidades diarias. Nos encontramos en un momento histórico en el que este consumo desenfrenado ha generado un grave problema de contaminación medioambiental de dimensiones épicas.
Para el año 2020 se estimó una producción anual a nivel mundial de alrededor de 400 millones de toneladas de plástico, mucho del cual no termina en vertederos adecuados. Lo anterior ha provocado niveles de partículas flotantes cercanos a los dos billones en el Pacífico Norte, causando la formación de una isla de plástico, con una superficie calculada en aproximadamente 1.6 millones de km2, mucho mayor que la superficie que ocupa Alemania. Estos datos son alarmantes si consideramos que más del 95% del plástico flotante termina hundiéndose, contaminando nuestros fondos marinos y las especies que los habitan.1
Pero ¿por qué los plásticos son tan peligrosos para el ambiente?
La respuesta adecuada es: por su origen.
Los plásticos son polímeros químicos sintéticos producidos a partir del petróleo y diversos aditivos, y el principal problema con este tipo de materiales es que tardan mucho tiempo en degradarse (entre 100 y 1,000 años, dependiendo del polímero que lo compone). Por ejemplo, una bolsa de plástico puede tardar 150 años en degradarse, mientras que una botella plástica aproximadamente 500 años.
Existen diferentes tipos de plásticos, siendo los más comunes el tereftalato de Polietileno (PET), altamente utilizado en la producción de botellas; el Policloruro de vinilo (PVC), utilizado comúnmente para la producción de tuberías; el polipropileno (PP), utilizado ampliamente en la fabricación de juguetes; el policarbonato, utilizado en la fabricación de los faros para automóviles; las poliamidas, utilizado para la fabricación de ropa, etc.
¿Cómo afectan los plásticos los ecosistemas?
Dependiendo de su tamaño y cantidad, los microplásticos pueden generar problemas de contaminación como la afectación a los ciclos biogeoquímicos en un cuerpo de agua, la muerte de animales que quedan atrapados en residuos de redes como en el caso de peces o mamíferos marinos, afectación a la salud de humanos y animales debido a la ingestión o incorporación por vías nasales o branquiales a través del agua, el suelo, el aire o sus alimentos, entre otros.
¿Cómo llegan los plásticos a nuestro organismo?
Cuando los plásticos inician su proceso de degradación, se fragmentan y van conformando partículas cada vez más pequeñas; una vez que el tamaño de las partículas es menor a 5 mm reciben el nombre de microplásticos. Estos son consumidos fácilmente por los animales terrestres y acuáticos. Los microplásticos pueden continuar degradándose llegando a medir de 1 a 1,000 nanómetros (nm) (equivalentes a 1 x 10-6 a 0.001 mm respectivamente); a estos se les conoce como nanoplásticos, los cuales, por su diminuto tamaño, están aún más disponibles para ser consumidos por los organismos. Estos nanoplásticos pueden continuar su degradación liberando los compuestos que los conforman, y se sabe que existen alrededor de 16,000 compuestos químicos que se usan como aditivos, de los cuales menos del 6% están regulados a nivel mundial, pudiendo tener efectos tóxicos o dañinos en nuestra salud. De tal forma, al ir recorriendo la cadena trófica, donde el animal más grande consume al más chico, se va bioacumulando, llegando al final a nuestros alimentos. (2)
Debido a que los plásticos se pueden localizar en cualquier sitio, la contaminación se puede dar tanto en los cuerpos de agua salada como en el agua dulce, y los podemos estar consumiendo en una bebida embotellada o a través del aire al inhalar dichas partículas, las cuales ingresan a nuestro cuerpo a través de las vías respiratorias.
¿Qué podemos hacer?
A nivel mundial diversos grupos científicos que trabajan sobre el tema han realizado las siguientes recomendaciones y acciones enfocadas a tratar de reducir el impacto químico de la contaminación global a causa de los plásticos:
1. Reducción y simplificación química del plástico. Regular su producción por clase química en lugar de compuestos individuales (p. ej., todos los bisfenoles, todos los ftalatos), enfocándose en los peligros que representan estos productos químicos.3
2. Diseño seguro y sostenible de productos químicos plásticos. Los principios de diseño seguro y sostenible incluyen la química y la ingeniería verdes, así como la sostenibilidad química; por ejemplo, emplear materiales que al biodegradarse o descomponerse en partículas más pequeñas no dañen al medioambiente, como los empaques a base de bambú, de película de cebolla, etc.3
3. Incentivos para el cambio. A través de incentivos fiscales a las empresas se pueden promover políticas eficaces y obligatorias de prevención de la contaminación plástica, estimulando la reducción de productos químicos, polímeros, productos, tecnologías, sistemas y servicios no esenciales, peligrosos e insostenibles, con un enfoque de cero desperdicios.3
4. Enfoques holísticos para determinar alternativas seguras y sustentables. La evaluación del ciclo de vida de la elaboración de un producto es una herramienta de análisis cuantitativo estandarizada basada en modelos que tiene como objetivo apoyar la toma de decisiones mediante la identificación de opciones o soluciones asociadas con los menores impactos ambientales potenciales.3
5. Intervenciones justas y equitativas. Se reconoce que el impacto de la contaminación plástica se distribuye de manera desigual en todo el mundo, siendo las personas más vulnerables las más afectadas; por lo tanto, ellas tienen habilidades, conocimiento y experiencia para proponer soluciones eficaces, seguras, saludables, justas, económicas y sostenibles para sus propias comunidades. Escuchando a las personas más afectadas se pueden prevenir riesgos y lograr soluciones equitativas.3
6. Priorizar los derechos humanos. Los impactos de los plásticos y los productos químicos plásticos conllevan riesgos importantes de violación de varios derechos humanos; estos incluyen, entre otros, los derechos al agua potable, la alimentación, la salud y un entorno sano y seguro.
Es de vital importancia que tanto las empresas como el gobierno y la sociedad se comprometan equitativa e igualitariamente en tomar acciones enfocadas a reducir el impacto de los plásticos:
En primera instancia, las empresas que se dedican a la producción de plásticos, y tienen la mayor responsabilidad, deben tomar conciencia y adoptar el uso de materiales no sintéticos, biodegradables y sostenibles, sustituyendo paulatinamente el uso de polímeros químicos sintéticos.
En segundo lugar, que los gobiernos a nivel mundial desarrollen leyes y políticas públicas para reducir la producción y el consumo de plásticos.3
Finalmente, la ciudadanía debe demandar de los gobiernos y las empresas la implementación de acciones reales para reducir y eliminar la generación de plástico, ya que las acciones que ellos realicen tendrán mayor impacto en la solución del problema. Sin embargo, la parte directa que le corresponde al consumidor es evitar, en la medida de lo posible, el consumo de estos y, si no es posible evitar totalmente su uso, fomentar la cultura del desecho responsable de los plásticos, evitando en todo momento, desecharlos en la playa, la calle o el campo. Adicionalmente, es importante reciclar todo lo posible para cuidar el entorno ambiental en aras de proteger la propia salud y la de las futuras generaciones, potencializando un futuro más digno y sano para las siguientes generaciones.
Contribuyamos empresa-gobierno-sociedad a la solución de este grave problema.